Lola y la gente
Y mi Lola, ¿qué preocupaciones tiene? Que no le falte comida y la ración de caricias. Ver qué día puede volver a escapar y hasta dónde llegará esta vez, qué cama es más blandita o más suave, cerca de qué radiadior está más caliente o en qué sombra descansa mejor, desde qué poyo se ve pasar mejor la gente, quién sale o entra ahora de la casa. Cómo colocarse mejor entre el teclado y yo, puediendo apoyar la cabeza para ehcar un sueñito si procede; que nadie le robe su espacio ni una pizca de atención... Casi casi como mucha gente.