martes, 15 de abril de 2008

¿Te apuntas?

El otro día en clase con Amy, la lectora de inglés, tratamos el tema de la donación de órganos. No sé por qué algunas personas son tan reacias a despojarse de lo que de seguro ya no les valdrá para nada cuando mueran, pero que para otras puede significar prolongar su vida.
Preguntó si alguien tenía el carné de donante, y me sorprendió que yo fuese la única. Lo peor es que ni siquiera lo llevo encima, pues se mojó sin querer y es una de esas cosas que tengo pendientes, renorvarlo.
Hoy, en el telediario de la noche, comentan que una tal Carla del Ponte, ex-jueza, ha molestado a muchos por publicar un libro en el que denuncia el tráfico de órganos de rehenes de la guerra de Kosovo: "La Caza – Yo y los criminales de guerra de los Balcanes y de Ruanda". La han instado a regresar de embajadora a Argentina y dejar de molestar a quienes están en el poder en Kosovo, supuestos ejecutores de semejante aberración, y a quienes quieren ser políticamente correctos para evitarse problemas incómodos de difícil solución. Lo han adornado con imágenes de indígenas no sé si filipinos o ecuatorianos -sacaban más que nada la cicatriz de su costado.
Es absolutamente repulsivo, por todo. Y sólo hay una forma de no permitir hacer negocio con esto: HACERSE DONANTE.
Yo esta semana gestiono la renovación del carné.

Más información : semanario serbio

miércoles, 2 de abril de 2008

¿Qué te haría feliz?

Lo estaba pensando y pensando... Tantas cosas... Pero entonces, ¿por qué no puedo escribir ni una sola?
Tengo que pensar más. A ver... ¿feliz a modo personal o en general feliz de la vida y el mundo? Porque claro, super feliz me haría que la gente se entendiese hablando, siempre, y se respetase. Con eso ya mejoramos todo lo demás. Pero esa felicidad no es de mi fuero interno, propio.
También me haría muy feliz sentir un amor gigante, apasionado, sereno y loco a la vez, donde la complicidad fuese la madre de la alegría, y por supuesto que fuese correspondido. Sí, eso estaría bien. Pero ahora no lo tengo y tampoco me siento infeliz. Ya, no se trata de eso. No era la pregunta...
¡No sé por qué me complico tanto! En realidad, ya soy feliz. Y eso es lo que me hace feliz, ser.
¡Mmmmm! La pregunta estaba mal planteada...