domingo, 8 de febrero de 2015

Si supiera dibujar dibujaría un globo terráqueo, la Tierra en toda su inmensidad encima de la espalda de una persona, inmovilizándola,  aplastándola, con brazos y piernas en cruz y cara de doloroso sufrimiento, lengua fuera incluida. Destrozada. Si el peso del mundo cae sobre nosotros sin posibilidad de acción, nos aniquila.

A continuación dibujaría la misma inmensa bola encima de la misma persona. Pero esta vez encima del pecho y abdomen. Las piernas y brazos tratando de rodearla, protegerla, consolarla y confortarla. La cara expresando sufrimiento, cariño y esperanza a un mismo tiempo; como cuando abrazas a un niño enfermo para confortarlo sin importarte que pueda transmitirte su enfermedad, pero con la seguridad de que tus cuidados y amor ayudarán a su recuperación. Cuando actuamos, aunque sea de la mínima manera posible, la esperanza nos ayuda a seguir viviendo.