Ojos que no ven...
A veces, cuando camino por la calle miro hacia delante y me fijo en el paisaje que hay ante mi. Entonces cierro los ojos y, de cuando en cuando, los voy abriendo para no tropezar y seguir avanzando.
En la vida pasa igual. A veces vemos lo que hay y cerramos los ojos para descansar. Pero sabemos que los tendremos que volver a abrir.
2 comentarios:
Pero a veces, al abrirlos, ves: ¡Coño, Portugal!
¡Anda, he adelgazado!
¡La leche, Montecanal!
Y mola.
Sí... la verdad es que sólo poder volver a abrirlos, ya mola.
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