domingo, 6 de mayo de 2007

pasa la vidaaaa, pasa la viidaaa

¿Qué es lo que estaba pensando? Que en esta vida, todas nuestras limitaciones se resumen en una sola palabra: tiempo.
Mientras volvía andando a casa viendo la gigantesca luna a punto de caer sobre nosotros, me he cruzado con gente. Observo a esta gente y me sugieren pensamientos que siempre avocan en mí. Por ejemplo esa chica de la minifalda y las piernas feas. O digamos no muy bonitas. Yo nunca he llevado minifalda porque no me gustan mis piernas. Y ahora pienso que si rebobinase 20 años, me pondría minifalda y ale.
También pienso en lo pronto que vuelvo a casa y lo barato que me sale estar achispada. Un gin-tonic, una cerveza mejicana y ya está. Nunca me gustó beber demasiado, ni salir demasiado, pero antes aguantaba más, a ve si la noche deparaba algo imprevisto, si ocurría el milagro o no sé qué, porque nunca he creído en la noche. Otra vez cuestión de tiempo.
Y ahora, en mi vida diaria, el tiempo se me escapa de las manos cada vez con más descaro, como se ha escapado del párrafo anterior. Se me escapa cada mañana, cuando no soy capaz de controlar el reloj, se me escapa al medio día, cuando no sé como han pasado dos horas, se me escapa por la tarde, cuando aún no he llegado a casa y son las 10, se me escapa por la noche, cuando decido acostarme a las 12 y es la una y cuarto que aún estoy en pie… Se me escapa, eso es. El tiempo no es un enemigo, no es un aliado, es. ES. Y no hay más. Así que… voy a disfrutar del tiempo. El tiempo perdido lo disfruto también. Es el que más me gusta, de hecho. Lo adoro. Perdido se llama, pero es dedicado a mi. Todavía estoy a tiempo, creo, de algo, de todo, de lo que sea, de lo que yo quiera. De lo que yo quiera.

2 comentarios:

Diabetes dijo...

De momento el año que viene estarás usando el tiempo estudiando francés. Es un buen comienzo.
El siguiente paso será salir a las 16:33 de Mainar todas las tardes. Ejem.

enmovimiento dijo...

Te prometo intentarlo con toda mi energía, pero ya te pido paciencia.