martes, 27 de mayo de 2008

Otras culturas


Wim Mertens. Teatro Principal. Después de cada pieza que interpretaba junto a la magnífica violinista que lo acompañaba, Wim se levantaba con los aplausos, daba un paseo unas veces por delante, otras por detrás de su instrumento, instaba al públcio a vitorear a Gudrun Vercampt -sí, ese es el nombre de ella- y, con los puños cerrados y alzados, nos agradecía que nos hubiera encantado, que nos encante, lo que hace. Se sentaba de nuevo y vuelta a empezar.
Disfruté desde la Planta Tercera, en una butaca que, de escasa visión, se convirtió en visión frontal. Visión panorámica, visión en picado... me gusta esa visión, desde arriba.
Mañana será Omar Faruk. A ver qué me depara su cultura.

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